El gran conquistador. Felix no pierde el tiempo y aprovecho que que Queta se quedo sola en casa de Miguel Ignacio y fue a cortejarla con flores y chocolates.

El vigilante de Las Lomas saco a flote todos sus instintos de enamorador y, con un libro que le regalo Miguel Ignacio, empezo a recitarle algunos versos a Queta.

Ella cayo rendida ante las palabras de Felix y termino cediendo a sus brazos, para despues darle un beso en medio del romantico ambiente que formaron.

Eduardo Godoy / NetJoven

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