chac mool carlos
fuentes

Hoy se conmemora un año mas del nacimiento de Carlos Fuentes, reconocido escritor y uno de los mas grandes exponentes de la literatura hispanoamericana.

De origen panameño, es conocido por su versatilidad artistica y autor de cuentos, poemas, ensayos y libros.

Carlos Fuentes es destacado por sus cuentos de terror, relatos cortos sobrenaturales que lleva al lector a vivir situaciones de perturbacion y pesadilla.

Es por eso que, para rendirle homenaje por su 85 ° aniversario de nacimiento, NetJoven comparte contigo el cuento de Terror Carlos Fuentes: 'Chac Mool'.

Milagros Legay / NetJoven

Chac Mool

'Hace poco tiempo, Filiberto muri o ahogado en Acapulco. Sucedio en Semana Santa. Aunque habia sido despedido de su empleo en la Secretaria, Filiberto no pudo resistir la tentacion burocratica de ir, como todos los años, a la pension alemana, comer el choucrout endulzado por los sudores de la cocina tropical, bailar el Sabado de Gloria en La Quebrada y sentirse "gente conocida" en el oscuro anonimato vespertino de la Playa de Hornos. Claro, sabiamos que en su juventud habia nadado bien; pero ahora, a los cuarenta, y tan desmejorado como se le veia, ¡intentar salvar, a la medianoche, el largo trecho entre Caleta y la isla de la Roqueta! Frau Muller no permitio que se le velara, a pesar de ser un cliente tan antiguo, en la pension; por el contrario, esa noche organizo un baile en la terracita sofocada, mientras Filiberto esperaba, muy palido dentro de su caja, a que saliera el camion matutino de la terminal, y paso acompañado de huacales y fardos la primera noche de su nueva vida. Cuando llegue, muy temprano, a vigilar el embarque del feretro, Filiberto estaba bajo un tumulo de cocos: el chofer dijo que lo acomodaramos rapidamente en el toldo y lo cubrieramos con lonas, para que no se espantaran los pasajeros, y a ver si no le habiamos echado la sal al viaje.

Salimos de Acapulco a la hora de la brisa tempranera. Hasta Tierra Colorada nacieron el calor y la luz. Mientras desayunaba huevos y chorizo abr i el cartapacio de Filiberto, recogido el dia anterior, junto con sus otras pertenencias, en la pension de los Muller. Doscientos pesos. Un periodico derogado de la ciudad de Mexico. Cachos de loteria. El pasaje de ida -¿solo de ida? Y el cuaderno barato, de hojas cuadriculadas y tapas de papel marmol.

Me aventur e a leerlo, a pesar de las curvas, el hedor a vomitos y cierto sentimiento natural de respeto por la vida privada de mi difunto amigo. Recordaria -si, empezaba con eso- nuestra cotidiana labor en la oficina; quiza sabria, al fin, por que fue declinado, olvidando sus deberes, por que dictaba oficios sin sentido, ni numero, ni "Sufragio Efectivo No Reeleccion". Por que, en fin, fue corrido, olvidaba la pension, sin respetar los escalafones.

" Hoy fui a arreglar lo de mi pension. El Licenciado, amabilisimo. Sali tan contento que decidi gastar cinco pesos en un cafe. Es el mismo al que ibamos de jovenes y al que ahora nunca concurro, porque me recuerda que a los veinte años podia darme mas lujos que a los cuarenta. Entonces todos estabamos en un mismo plano, hubieramos rechazado con energia cualquier opinion peyorativa hacia los compañeros; de hecho, librabamos la batalla por aquellos a quienes en la casa discutian por su baja extraccion o falta de elegancia. Yo sabia que muchos de ellos (quiza los mas humildes) llegarian muy alto y aqui, en la Escuela, se iban a forjar las amistades duraderas en cuya compañia cursariamos el mar bravio. No, no fue asi. No hubo reglas. Muchos de los humildes se quedaron alli, muchos llegaron mas arriba de lo que pudimos pronosticar en aquellas fogosas, amables tertulias. Otros, que pareciamos prometerlo todo, nos quedamos a la mitad del camino, destripados en un examen extracurricular, aislados por una zanja invisible de los que triunfaron y de los que nada alcanzaron. En fin, hoy volvi a sentarme en las sillas modernizadas -tambien hay, como barricada de una invasion, una fuente de sodas- y pretendi leer expedientes. Vi a muchos antiguos compañeros, cambiados, amnesicos, retocados de luz neon, prosperos. Con el cafe que casi no reconocia, con la ciudad misma, habian ido cincelandose a ritmo distinto del mio. No, ya no me reconocian; o no me querian reconocer. A lo sumo -uno o dos- una mano gorda y rapida sobre el hombro. Adios viejo, que tal. Entre ellos y yo mediaban los dieciocho agujeros del Country Club. Me disfrace detras de los expedientes. Desfilaron en mi memoria los años de las grandes ilusiones, de los pronosticos felices y, tambien todas las omisiones que impidieron su realizacion. Senti la angustia de no poder meter los dedos en el pasado y pegar los trozos de algun rompecabezas abandonado; pero el arcon de los juguetes se va olvidando y, al cabo, ¿quien sabra donde fueron a dar los soldados de plomo, los cascos, las espadas de madera? Los disfraces tan queridos, no fueron mas que eso. Y sin embargo, habia habido constancia, disciplina, apego al deber. ¿No era suficiente, o sobraba? En ocasiones me asaltaba el recuerdo de Rilke. La gran recompensa de la aventura de juventud debe ser la muerte; jovenes, debemos partir con todos nuestros secretos. Hoy, no tendria que volver la mirada a las ciudades de sal. ¿Cinco pesos? Dos de propina."

" Pepe, aparte de su pasion por el derecho mercantil, gusta de teorizar. Me vio salir de Catedral, y juntos nos encaminamos a Palacio. Él es descreido, pero no le basta; en media cuadra tuvo que fabricar una teoria. Que si yo no fuera mexicano, no adoraria a Cristo y -No, mira, parece evidente. Llegan los españoles y te proponen adorar a un Dios muerto hecho un coagulo, con el costado herido, clavado en una cruz. Sacrificado. Ofrendado. ¿Que cosa mas natural que aceptar un sentimiento tan cercano a todo tu ceremonial, a toda tu vida?... figurate, en cambio, que Mexico hubiera sido conquistado por budistas o por mahometanos. No es concebible que nuestros indios veneraran a un individuo que murio de indigestion. Pero un Dios al que no le basta que se sacrifiquen por el, sino que incluso va a que le arranquen el corazon, ¡caramba, jaque mate a Huitzilopochtli! El cristianismo, en su sentido calido, sangriento, de sacrificio y liturgia, se vuelve una prolongacion natural y novedosa de la religion indigena. Los aspectos caridad, amor y la otra mejilla, en cambio, son rechazados. Y todo en Mexico es eso: hay que matar a los hombres para poder creer en ellos.

" Pepe conocia mi aficion, desde joven, por ciertas formas de arte indigena mexicana. Yo colecciono estatuillas, idolos, cacharros. Mis fines de semana los paso en Tlaxcala o en Teotihuacan. Acaso por esto le guste relacionar todas las teorias que elabora para mi consumo con estos temas. Por cierto que busco una replica razonable del Chac Mool desde hace tiempo, y hoy Pepe me informa de un lugar en la Lagunilla donde venden uno de piedra y parece que barato. Voy a ir el domingo.

" Un guason pinto de rojo el agua del garrafon en la oficina, con la consiguiente perturbacion de las labores. He debido consignarlo al Director, a quien solo le dio mucha risa. El culpable se ha valido de esta circunstancia para hacer sarcasmos a mis costillas el dia entero, todos en torno al agua. Ch..."

" Hoy domingo, aproveche para ir a la Lagunilla. Encontre el Chac Mool en la tienducha que me señalo Pepe. Es una pieza preciosa, de tamaño natural, y aunque el marchante asegura su originalidad, lo dudo. La piedra es corriente, pero ello no aminora la elegancia de la postura o lo macizo del bloque. El desleal vendedor le ha embarrado salsa de tomate en la barriga al idolo para convencer a los turistas de la sangrienta autenticidad de la escultura.

" El traslado a la casa me costo mas que la adquisicion. Pero ya esta aquChac Mooli, por el momento en el sotano mientras reorganizo mi cuarto de trofeos a fin de darle cabida. Estas figuras necesitan sol vertical y fogoso; ese fue su elemento y condicion. Pierde mucho mi Chac Mool en la oscuridad del sotano; alli, es un simple bulto agonico, y su mueca parece reprocharme que le niegue la luz. El comerciante tenia un foco que iluminaba verticalmente en la escultura, recortando todas sus aristas y dandole una expresion mas amable. Habra que seguir su ejemplo."

" Amaneci con la tuberia descompuesta. Incauto, deje correr el agua de la cocina y se desbordo, corrio por el piso y llego hasta el sotano, sin que me percatara. El Chac Mool resiste la humedad, pero mis maletas sufrieron. Todo esto, en dia de labores, me obligo a llegar tarde a la oficina."

" Vinieron, por fin, a arreglar la tuberia. Las maletas, torcidas. Y el Chac Mool, con lama en la base."

" Desperte a la una: habia escuchado un quejido terrible. Pense en ladrones. Pura imaginacion."

" Los lamentos nocturnos han seguido. No se a que atribuirlo, pero estoy nervioso. Para colmo de males, la tuberia volvio a descomponerse, y las lluvias se han colado, inundando el sotano."

" El plomero no viene; estoy desesperado. Del Departamento del Distrito Federal, mas vale no hablar. Es la primera vez que el agua de las lluvias no obedece a las coladeras y viene a dar a mi sotano. Los quejidos han cesado: vaya una cosa por otra."

" Secaron el sotano, y el Chac Mool esta cubierto de lama. Le da un aspecto grotesco, porque toda la masa de la escultura parece padecer de una erisipela verde, salvo los ojos, que han permanecido de piedra. Voy a aprovechar el domingo para raspar el musgo. Pepe me ha recomendado cambiarme a una casa de apartamentos, y tomar el piso mas alto, para evitar estas tragedias acuaticas. Pero yo no puedo dejar este caseron, ciertamente es muy grande para mi solo, un poco lugubre en su arquitectura porfiriana. Pero es la unica herencia y recuerdo de mis padres. No se que me daria ver una fuente de sodas con sinfonola en el sotano y una tienda de decoracion en la planta baja."

" Fui a raspar el musgo del Chac Mool con una espatula. Parecia ser ya parte de la piedra; fue labor de mas de una hora, y solo a las seis de la tarde pude terminar. No se distinguia muy bien la penumbra; al finalizar el trabajo, segui con la mano los contornos de la piedra. Cada vez que lo repasaba, el bloque parecia reblandecerse. No quise creerlo: era ya casi una pasta. Este mercader de la Lagunilla me ha timado. Su escultura precolombina es puro yeso, y la humedad acabara por arruinarla. Le he echado encima unos trapos; mañana la pasare a la pieza de arriba, antes de que sufra un deterioro total."

" Los trapos han caido al suelo, increible. Volvi a palpar el Chac Mool. Se ha endurecido pero no vuelve a la consistencia de la piedra. No quiero escribirlo: hay en el torso algo de la textura de la carne, al apretar los brazos los siento de goma, siento que algo circula por esa figura recostada... Volvi a bajar en la noche. No cabe duda: el Chac Mool tiene vello en los brazos."

" Esto nunca me habia sucedido. Tergiverse los asuntos en la oficina, gire una orden de pago que no estaba autorizada, y el Director tuvo que llamarme la atencion. Quiza me mostre hasta descortes con los compañeros. Tendre que ver a un medico, saber si es mi imaginacion o delirio o que, y deshacerme de ese maldito Chac Mool."

Hasta aqu i la escritura de Filiberto era la antigua, la que tantas veces vi en formas y memoranda, ancha y ovalada. La entrada del 25 de agosto, sin embargo, parecia escrita por otra persona. A veces como niño, separando trabajosamente cada letra; otras, nerviosa, hasta diluirse en lo ininteligible. Hay tres dias vacios, y el relato continua:

" Todo es tan natural; y luego se cree en lo real... pero esto lo es, mas que lo creido por mi. Si es real un garrafon, y mas, porque nos damos mejor cuenta de su existencia, o estar, si un bromista pinta el agua de rojo... Real bocanada de cigarro efimera, real imagen monstruosa en un espejo de circo, reales, ¿no lo son todos los muertos, presentes y olvidados?... si un hombre atravesara el paraiso en un sueño, y le dieran una flor como prueba de que habia estado alli, y si al despertar encontrara esa flor en su mano... ¿entonces, que?... Realidad: cierto dia la quebraron en mil pedazos, la cabeza fue a dar alla, la cola aqui y nosotros no conocemos mas que uno de los trozos desprendidos de su gran cuerpo. Oceano libre y ficticio, solo real cuando se le aprisiona en el rumor de un caracol marino. Hasta hace tres dias, mi realidad lo era al grado de haberse borrado hoy; era movimiento reflejo, rutina, memoria, cartapacio. Y luego, como la tierra que un dia tiembla para que recordemos su poder, o como la muerte que un dia llegara, recriminando mi olvido de toda la vida, se presenta otra realidad: sabiamos que estaba alli, mostrenca; ahora nos sacude para hacerse viva y presente. Pense, nuevamente, que era pura imaginacion: el Chac Mool, blando y elegante, habia cambiado de color en una noche; amarillo, casi dorado, parecia indicarme que era un dios, por ahora laxo, con las rodillas menos tensas que antes, con la sonrisa mas benevola. Y ayer, por fin, un despertar sobresaltado, con esa seguridad espantosa de que hay dos respiraciones en la noche, de que en la oscuridad laten mas pulsos que el propio. Si, se escuchaban pasos en la escalera. Pesadilla. Vuelta a dormir... No se cuanto tiempo pretendi dormir. Cuando volvia a abrir los ojos, aun no amanecia. El cuarto olia a horror, a incienso y sangre. Con la mirada negra, recorri la recamara, hasta detenerme en dos orificios de luz parpadeante, en dos flamulas crueles y amarillas.

" Casi sin aliento, encendi la luz.

" Alli estaba Chac Mool, erguido, sonriente, ocre, con su barriga encarnada. Me paralizaron los dos ojillos casi bizcos, muy pegados al caballete de la nariz triangular. Los dientes inferiores mordian el labio superior, inmoviles; solo el brillo del casuelon cuadrado sobre la cabeza anormalmente voluminosa, delataba vida. Chac Mool avanzo hacia mi cama; entonces empezo a llover."

Recuerdo que a fines de agosto, Filiberto fue despedido de la Secretar ia, con una recriminacion publica del Director y rumores de locura y hasta de robo. Esto no lo crei. Si pude ver unos oficios descabellados, preguntandole al Oficial Mayor si el agua podia olerse, ofreciendo sus servicios al Secretario de Recursos Hidraulicos para hacer llover en el desierto. No supe que explicacion darme a mi mismo; pense que las lluvias excepcionalmente fuertes, de ese verano, habian enervado a mi amigo. O que alguna depresion moral debia producir la vida en aquel caseron antiguo, con la mitad de los cuartos bajo llave y empolvados, sin criados ni vida de familia. Los apuntes siguientes son de fines de septiembre:

" Chac Mool puede ser simpatico cuando quiere, '...un gluglu de agua embelesada'... Sabe historias fantasticas sobre los monzones, las lluvias ecuatoriales y el castigo de los desiertos; cada planta arranca de su paternidad mitica: el sauce es su hija descarriada, los lotos, sus niños mimados; su suegra, el cacto. Lo que no puedo tolerar es el olor, extrahumano, que emana de esa carne que no lo es, de las sandalias flamantes de vejez. Con risa estridente, Chac Mool revela como fue descubierto por Le Plongeon y puesto fisicamente en contacto de hombres de otros simbolos. Su espiritu ha vivido en el cantaro y en la tempestad, naturalmente; otra cosa es su piedra, y haberla arrancado del escondite maya en el que yacia es artificial y cruel. Creo que Chac Mool nunca lo perdonara. Él sabe de la inminencia del hecho estetico.

" He debido proporcionarle sapolio para que se lave el vientre que el mercader, al creerlo azteca, le unto de salsa ketchup. No parecio gustarle mi pregunta sobre su parentesco con Tlaloc1, y cuando se enoja, sus dientes, de por si repulsivos, se afilan y brillan. Los primeros dias, bajo a dormir al sotano; desde ayer, lo hace en mi cama."

" Hoy empezo la temporada seca. Ayer, desde la sala donde ahora duermo, comence a oir los mismos lamentos roncos del principio, seguidos de ruidos terribles. Subi; entreabri la puerta de la recamara: Chac Mool estaba rompiendo las lamparas, los muebles; al verme, salto hacia la puerta con las manos arañadas, y apenas pude cerrar e irme a esconder al baño. Luego bajo, jadeante, y pidio agua; todo el dia tiene corriendo los grifos, no queda un centimetro seco en la casa. Tengo que dormir muy abrigado, y le he pedido que no empape mas la sala2."

" El Chac inundo hoy la sala. Exasperado, le dije que lo iba a devolver al mercado de la Lagunilla. Tan terrible como su risilla -horrorosamente distinta a cualquier risa de hombre o de animal- fue la bofetada que me dio, con ese brazo cargado de pesados brazaletes. Debo reconocerlo: soy su prisionero. Mi idea original era bien distinta: yo dominaria a Chac Mool, como se domina a un juguete; era, acaso, una prolongacion de mi seguridad infantil; pero la niñez -¿quien lo dijo?- es fruto comido por los años, y yo no me he dado cuenta... Ha tomado mi ropa y se pone la bata cuando empieza a brotarle musgo verde. El Chac Mool esta acostumbrado a que se le obedezca, desde siempre y para siempre; yo, que nunca he debido mandar, solo puedo doblegarme ante el. Mientras no llueva -¿y su poder magico?- vivira colerico e irritable."

" Hoy decidi que en las noches Chac Mool sale de la casa. Siempre, al oscurecer, canta una tonada chirriona y antigua, mas vieja que el canto mismo. Luego cesa. Toque varias veces a su puerta, y como no me contesto, me atrevi a entrar. No habia vuelto a ver la recamara desde el dia en que la estatua trato de atacarme: esta en ruinas, y alli se concentra ese olor a incienso y sangre que ha permeado la casa. Pero detras de la puerta, hay huesos: huesos de perros, de ratones y gatos. Esto es lo que roba en la noche el Chac Mool para sustentarse. Esto explica los ladridos espantosos de todas las madrugadas."

" Febrero, seco. Chac Mool vigila cada paso mio; me ha obligado a telefonear a una fonda para que diariamente me traigan un portaviandas. Pero el dinero sustraido de la oficina ya se va a acabar. Sucedio lo inevitable: desde el dia primero, cortaron el agua y la luz por falta de pago. Pero Chac Mool ha descubierto una fuente publica a dos cuadras de aqui; todos los dias hago diez o doce viajes por agua, y el me observa desde la azotea. Dice que si intento huir me fulminara: tambien es Dios del Rayo. Lo que el no sabe es que estoy al tanto de sus correrias nocturnas... Como no hay luz, debo acostarme a las ocho. Ya deberia estar acostumbrado al Chac Mool, pero hace poco, en la oscuridad, me tope con el en la escalera, senti sus brazos helados, las escamas de su piel renovada y quise gritar."

" Si no llueve pronto, el Chac Mool va a convertirse otra vez en piedra. He notado sus dificultades recientes para moverse; a veces se reclina durante horas, paralizado, contra la pared y parece ser, de nuevo, un idolo inerme, por mas dios de la tempestad y el trueno que se le considere. Pero estos reposos solo le dan nuevas fuerzas para vejarme, arañarme como si pudiese arrancar algun liquido de mi carne. Ya no tienen lugar aquellos intermedios amables durante los cuales relataba viejos cuentos; creo notar en el una especie de resentimiento concentrado. Ha habido otros indicios que me han puesto a pensar: los vinos de mi bodega se estan acabando; Chac Mool acaricia la seda de la bata; quiere que traiga una criada a la casa, me ha hecho enseñarle a usar jabon y lociones. Incluso hay algo viejo en su cara que antes parecia eterna. Aqui puede estar mi salvacion: si el Chac cae en tentaciones, si se humaniza, posiblemente todos sus siglos de vida se acumulen en un instante y caiga fulminado por el poder aplazado del tiempo. Pero tambien me pongo a pensar en algo terrible: el Chac no querra que yo asista a su derrumbe, no querra un testigo..., es posible que desee matarme."

" Hoy aprovechare la excursion nocturna de Chac para huir. Me ire a Acapulco; veremos que puede hacerse para conseguir trabajo y esperar la muerte de Chac Mool; si, se avecina; esta canoso, abotagado. Yo necesito asolearme, nadar y recuperar fuerzas. Me quedan cuatrocientos pesos. Ire a la Pension Muller, que es barata y comoda. Que se adueñe de todo Chac Mool: a ver cuanto dura sin mis baldes de agua."

Aqu i termina el diario de Filiberto. No quise pensar mas en su relato; dormi hasta Cuernavaca. De ahi a Mexico pretendi dar coherencia al escrito, relacionarlo con exceso de trabajo, con algun motivo sicologico. Cuando, a las nueve de la noche, llegamos a la terminal, aun no podia explicarme la locura de mi amigo. Contrate una camioneta para llevar el feretro a casa de Filiberto, y despues de alli ordenar el entierro.

Antes de que pudiera introducir la llave en la cerradura, la puerta se abri o. Aparecio un indio amarillo, en bata de casa, con bufanda. Su aspecto no podia ser mas repulsivo; despedia un olor a locion barata, queria cubrir las arrugas con la cara polveada; tenia la boca embarrada de lapiz labial mal aplicado, y el pelo daba la impresion de estar teñido.

-Perdone... no sab ia que Filiberto hubiera...

-No importa; lo s e todo. Digale a los hombres que lleven el cadaver al sotano.'

Comentarios

Inicia sesión para comentar