carlos fuentes cuentos de
terror

Hoy, 11 de noviembre, se recuerda el nacimiento de unos de los mas destacados exponentes de la literatura hispanoamericana: Carlos Fuentes Mac ias.

De origen panameño, es conocido por su versatilidad artistica y autor decuentos, poemas, ensayos y libros. Ademas, es conocido por su carrera politica como**diplom atico. **

Es por eso que para conocer mas sobre la sobresaliente vena artistica de este escritor, compartimos contigo **cuentos de terror de Carlos Fuentes Mac ias. **

Milagros Legay / NetJoven

Pantera** en **jazz

'When Joshua fit the battle of Jericho

El hombre tiene que apresurarse si quiere checar al filo de las nueve. Este d ia, en especial, despierta amodorrado, se baña y ya ha resuelto su desayuno. Hay tres piezas en su apartamento: la estancia con un sofa color limon donde duerme, un anaquel repleto de novelas a la rustica (lujo de collegeboy norteamericano), la alfombra de hebras arrastrandose inerte hasta el otro extremo, donde esta la puerta, junto a un pequeño escritorio hosco, y dos o tres sillas chippendeleznables. Reproducciones nitidas y policromas se ahorcan en la pared: cuadritos de marcos losados con hojas de indian summer y frutas acogolladas. El otro cuarto es la cocina, pulida y reluciente, blanca de porcelana y aluminio, con platos holandeses suspensos al mosaico blanco. La estufa y la nevera. Y la ultima pieza es el baño, hermeticamente cerrado por una puerta verde con la manija de cobre.

Hoy, el hombre lee el diario al mismo tiempo que escucha un gru ñido tras la puerta del baño. Los encabezados anuncian atrevidamente, con tintas oscuras: una pantera negra se ha escapado del zoologico; todos los ciudadanos, segun parece (y se recomienda), deben ponerse en guardia contra esta salvaje pantera; puede estar en cualquier parte: si, alli, junto a usted.
El rugir en el ba ño se repite. Pero el hombre ya se ha lavado los dientes y son las ocho y media. Todo lo que puede hacer es correr fuera del local.

Bingo bango bongo I don 't want to leave the Congo

(La oficina pedaleaba un fandango espont aneo y crujiente de apuntadores Remington y escenario de cemento y vidrio. Tronaban puertas y abofeteaban maquinas, mascaban chicle y bebian agua en endebles copitas de papel y daban ordenes y las recibian y estornudaban y pedian permiso y bajaban las persianas y las volvian a subir y leian novelas de crimen (¿quien lo hizo?) escondidas tras de un parapeto de papel amarillo e importante y suspiraban y cuchicheaban y comian sandwiches de jamon y pieles y gorgoteaban botellas efervescentes y bajaban las persianas otra vez y tictaqueaban un poco y siesteaban otro y se arreglaban las medias y regian las corbatas y salian a la avenida zumbante llenos de espiritu y felices de estar ocupados, de trabajar, de poseer escritorio propio.)

For sentimental reasons.

El hombre tiene cierta aversi on hacia «casa» esta noche. Entra a un bar y ahi encuentra a una divorciada euforica y cuarentona que conoce: una estola de mink colgandole de un hombro, olor a jacinto bravo y la expresion nerviosa de tic en su boca violeta. Ella le cuenta la saga heroica del numero tres y como dormia con una tabla entre los dos en el lecho tibio y como lo divorcio (a quicky, too) por crueldad mental y, claro, la crueldad no fue mental sino glutea cuando una noche se rasgo (ella, claro) el negligee y el cutis con un clavo al estar soñando en este o aquel astro de cine e indemnizacion y alimentos y habeas corpus tu abuela, iiiiiiii, y que iba a hacer todo solito esta noche, y otra vuelta, Gus, y iiiiiiiii.

Entonces llegan al apartamento y la mujer se derrumba de golpe sobre el sof a cama, y empieza a cantar villancicos mientras el mezcla un coctel y las luces de la calle se filtran de cebra al cielo raso. Entonces ella escucha un gruñido.

Lookie lookie lookie here comes cookie

Se levanta y dice que ya est a oyendo cosas y mas le valdria irse a casita. Pero el no la deja, despues de venir todo el camino hasta aca, y ella fue la de la idea, ademas. Pero la mujer dice que siente el rugir otra vez y su maquillaje se empieza a arrugar; el le dice que esta borracha, y ella lo vuelve a escuchar como una clarinada y decide abrir la puerta y ver con sus propios ojos. El hombre se abalanza frente a ella, la cachetea y la empuja a la puerta de salida. Tira detras de la mujer el mink viejo y avienta la puerta a su marco. Piensa: que limpio y brilloso estaba el lugar (el desenfado de los ingleses) y como esta mujer lo ha rociado de colillas agonizantes embarradas de morado. Aqui sintio el padpad de unas patas acojinadas en la puerta del baño y empezo a discurrir en torno a la posibilidad: algo o alguien esta en mi baño. ¿Como puede algo o alguien introducirse en mi baño? Este lugar era tan seguro, pagaba un poco mas de lo normal por el, y estaba situado en el barrio mas selecto: por lo menos eso era lo que el pensaba y lo que el anuncio --el anuncio-- decia. De manera que si algo, o alguien, estaba en su cuarto de baño --destruyendo sus lociones, babeando su pasta dental - no habia seguridad; el aviso del

peri odico mentia; no hay, seguridad, y lo unico que el anhelaba despues de un dia de trabajo era confort, confort y seguridad, y no un baño lleno de bichos molestos y ruidosos y sin respeto alguno hacia la vida privada de los ciudadanos.
Pero antes de arriesgarse con el due ño, tiene que pensar un poco: el ruido en el baño. No hay manera de entrar ahi, como no sea llegando por la puerta principal. No hay ventanas en el baño. La cosa necesita haber entrado por la planta baja, subido las escaleras, abierto la puerta del apartamento. Debe haberse arrastrado por la sala hasta llegar a la puerta del baño; la abrio, se introdujo en el cuartito y cerro la puerta. Pero entonces el estaba en su regadera alrededor de las siete cuarenta y cinco, lo cual significaba que la cosa no se habia colado durante la noche, lo natural; en consecuencia, debe suponerse que entro mientras el hombre preparaba el desayuno, en la cocina. Ésta era la unica explicacion posible, la unica explicacion posible, la unica explicacion posible.
Se embute hipnotizado entre las s abanas frias y trata de olvidar el asunto. No osa imaginarse a la pantera. En el curso de la noche, sin embargo, escucha una garra de terciopelo arañar la puerta pintada --¡recien pintada!-- y siente horrible imaginandose a un ser desconocido que destruye su habitacion, tan arreglada, y siente miedo de siquiera pensar en la cosa tirada ahi. Y aunque tolera esta tortura, nunca puede, nunca podra, abrir la puerta fresca y pintada del baño.
(La ma ñana siguiente se lavo en la cocina y desayuno en un restoran. No podia concentrarse --o alguna postura para los subordinados-- en la oficina, y todo el dia clavo la mirada en el papel blanco ensartado en la maquina mientras los demas clavaban su mirada en el. Se fue temprano a casa arguyendo dolor de algo y se sento en el couch aguardando cualquier rumor de la cueva del mosaico. Sentado en el filo de la cama amarilla escucho las pisadas intermitentes en la escalera y los murmullos y chillidos de la calle, pero el cuarto cerrado permanecio silente. Alguien --una niñita-- empezo a tocar escalas y cancioncillas, sin orden, con la voz de una ratita, en el piso de bajo, y el hombre se durmio.)

My heart belongs to daddy

No ha pasado una quincena desde la primera se ñal de la pantera cuando el hombre presenta su renuncia en la oficina y penetra los ovulos de laberinto seda del bar rococo. Bajo un plafon de fibracel encuentra a su vieja amiga, la divorciada, sorbiendo martinis acompañada por un calvo obeso. ¡Ahi esta, vocifera ella, el toughguy, el que patea damas y las lanza solas a los callejones oscuros y solitarios, y empieza a ronronear como un gato y tiene su piso lleno de olores raros y ruidos feos! ¡Ahora es cuando lo deberian correr a el, a patadas, que se largue a roncar como micifuz debajo de su
mueblote amarillo!
¡ Y no te quedes asi, Billy, pegale, el me pego tambien, ahora vuelve todo, antes no me... el tambien me pego, asi, con el puño cerrado, pazzzz! ¡Ah, no vas a hacer nada, pues aqui tienen hombrotes grandes que rebotan borrachos y ladrones, y a los que maltratan señoras y despues quieren robarles la bolsa: hey, botenlo, corranlo, quiso robarme la cartera! ¡Cooorranlo!... ¿Que no es este el tipo que corrieron hoy de la oficina?... ¡Ése es, lo largan de todas partes, pateando y golpeando señoras, y estafando y robando y con su casa llena de diosabeque!... ¡vago, desocupado, peinaplayas!... Entonces cae de cara contra la acera helada y se sueña corriendo mientras todos los porteros y choferes lo observan sonrientes, y deja su sombrero en una alcantarilla.

Animal crackers in my soup

(El hombre no pod ia abrir la puerta) y los gemidos y el gruñir son cada dia mas penetrantes. No puede encontrar una salida. No hay adonde ir, huyendo de este monstruo invisible. Solo queda el apartamento sucio, y se abraza a la pared junto a la puerta del baño y siente el corazon latir y la cabeza nadar mientras los arañazos truenan en sus orejas empapadas de sangre, martillean alli, sin piedad. Ningun lugar, ni bar, ni oficina. Nada, solo la niñita tocando escalas y cantando rimas un piso abajo. El hombre corre temblando fuera de su habitacion, toca el timbre cacofonico y el piano se detiene monotonamente, sin la conciencia de una rubrica; la niñita abre la puerta. ¿Hay alguien con ella? No, esta sola cuidando la casa mientras su mama juega bridge pero pronto estara de vuelta asi que llama otra vez ella tiene que practicar. El hombre le ofrece unos dulces que no estan alli. La niñita lo empieza a mirar con sospecha. Él la agarra del brazo, le tapa la boca sofocada y sale con la niña del vestido almidonado prendida a su pecho, sube las escaleras y cierra de un portazo. Rapidamente abre la puerta del baño y empuja con todas sus fuerzas a la muñeca blanda.
Se taponea los o idos para no escuchar los chillidos destemplados, para no escuchar los gruñidos, y la boca babeante y lengueteante.
¡ El animal, la pantera aterciopelada ¿de ojos verdes?, estaba ahi! Da dos vueltas a la llave y sale tiritando a las calles y se queda en ellas toda la noche, vagando. ¿Como puede la pantera vivir sin comer, nada mas bebiendo del excusado? Ahora, en vez de dejarla morir de hambre, le ha ofrendado a la muchachita rosa regada de listones azules. Cuando amanece, va al carpintero y lo lleva a clavetear la puerta del baño. Llegan juntos al apartamento y cuando el carpintero se hinca a clavar las tablas, recarga su mano en el suelo y la moja en un hilo pegajoso y carmin. Se lo dice al hombre. Éste tiembla e insulta al carpintero, que se largue del lugar. Cae sollozando junto a la pared cuarteada de telaraña y ampollas y se levanta ciego a la cocina para convertir los platos y

la porcelana en polvo blanco. Otra vez, se embarra a la pared gris junto al ba ño. Ya no se escuchan los lamentos de la pantera: ahora esta llena y contenta, mientras la sangre riega el tapete. Él encontro petroleo y empezo a tallar la mancha de la alfombra hasta traspasarle un hoyo.
O ia movimiento y conmocion en el piso de abajo: seria la madre gritando a los vecinos, o la policia buscando a la niña. Él arañaba el muro arrugado, mientras la sangre seguia corriendo desde el azulejo empapado del baño.
Entonces olfate o un sueño hediondo y escucho el gemido del animal, temblando sigilosamente mientras toda aquella existencia enervante rondaba con su fetidez enjaulada hasta el ultimo poro de hombre o mueble. Nada podia ocurrir, solo que el, el hombre, se tornara en bestia tambien, bestia capaz de cohabitar con la otra, siempre invisible, bestia en el baño.

And the walls come tumblin ' down

Cuando la luna nad o a traves de los cristales, el hombre desperto. Estaba sentado en el suelo, cerca del charco de sangre. La pantera hambrienta comenzo a lamentarse de nuevo y a rondar y a rugir alrededor del baño. Entonces el hombre araño la pared, araño su cuerpo y sintio su brazo desnudo grueso y aterciopelado y sus uñas convirtiendose en garras de clavo y algo como caucho ardiente tostando su nariz y todo su cuerpo un torso desnudo, tremulo y peludo, y sus piernas acortandose al reptar sobre el tapete para arañar las almohadas y destrozarlas y entonces esperar y esperar mientras, sin duda, pisadas cautelosas ascendian la escalera con el proposito de tocar en su puerta.'

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